Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) nació en Sevilla y era hijo del pintor José María Domínguez, que murió cuando el poeta tenía cinco años. A los diez años murió también su madre y desde entonces, vivió con su tío Valerio, pintor como el padre, y con quien recorre gran cantidad de ciudades españolas. De esos viajes surgió más tarde su Historia de los templos de España y sus famosas leyendas, ambientadas en las diversas tradiciones regionales. A los diecinueve llega a Madrid donde colabora en varios periódicos y estrena algunas obras de teatro sin demasiado éxito. Mientras trabaja en el periódico “El Contemporáneo” publicas sus Cartas desde mi celda, escritas en un monasterio donde repone su salud física y emocional, pues una tuberculosis había sido la causa de la ruptura con Julia Espín, de la que estaba muy enamorado.
Melancólico y gran aficionado a la música, se casa en 1861 con Casta Esteban (“Tu aliento es el aliento de las flores”, Rima XLVI), matrimonio desastroso que acabará en ruptura. En 1865 trabaja durante tres años como censor de novelas. Muere a los 34 años a causa de una grave enfermedad. Las Rimas y Leyendas son las obras que le han proporcionado un merecido puesto dentro de la historia de la literatura.
Las Rimas constan de 79 poemas breves compuestos entre 1857 y 1868, cuando apenas quedaban huellas de fervor romántico. La lírica tendía entonces hacia la sencillez expresiva y el intimismo, tendencia que ha sido llamada posromanticismo.
En las primeras rimas, Bécquer expone su concepción de la poesía. La poesía nace del amor y “el amor es la suprema ley del universo; ley misteriosa por la que todo se gobierna y rige”. En consecuencia, se refiere a ella como algo ajeno a los poetas, apenas perceptible, que el lenguaje humano se muestra incapaz de expresar. Se trata de una poesía profundamente subjetiva. El mismo Bécquer solía decir: “me cuesta trabajo saber qué cosas he soñado y cuáles me han sucedido”.
El resto de los poemas se centran, salvo excepciones, en el tema del amor a través de sus múltiples manifestaciones: desde el gozo hasta el desengaño y la desesperación. El ideal amoroso en Bécquer es también algo que huye y se mueve constantemente. Parece como si al poeta le interesase más la autocomplacencia en su propio sentir que la persona amada. Ésta es convertida en símbolo, en algo sin forma concreta: huracán, luz, rumor, lamento. El desengaño amoroso le lleva a la angustia y a la desesperación.
La poesía de Bécquer es una poesía concisa y aparentemente sencilla y sugerente, en la que la utilización de adjetivos escasea. Sin embargo, se trata de poemas en los que el simbolismo y el paralelismo son muy frecuentes.
Gerardo Diego divide las Rimas en cuatro series correspondientes a los temas predominantes en cada una de ellas:
• La poesía, rimas I a XI
• El amor, rimas XII a XXIX
• El desengaño, rimas XXX a LI
• El dolor y la angustia, rimas LII a LXXXVI.
Por otro lado, Rica Brown, autora de una de las mejores biografías escritas sobre Bécquer, ve tres tipos de temas: la poesía, la mujer y la inspiración poética y el destino y fin del hombre.
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Hace 12 años
¿Qué rimas os gustan más, las de amor, desamor?
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