El Romanticismo literario triunfa en España tras morir Fernando VII en 1833, es decir, casi medio siglo después de la muerte de Carlos III, tras la cual las reformas sociales que propugnaron los ilustrados habían quedado paralizadas. Por primera vez en la historia del país la burguesía trataba de arrebatar a la nobleza el control del Estado. El triunfo de la revolución en Francia en 1789 tuvo mucho que ver con el fin del reformismo monárquico. Los reyes europeos se sintieron amenazados por los ideales burgueses que se propagaban desde Francia al grito de “libertad, igualdad y fraternidad”. En 1808 los ejércitos franceses ocupan España e imponen como rey a José Bonaparte. Los españoles se levantan en armas y proclaman la primera Constitución española en 1812. Logran derrotar a los invasores y restaurar en el trono a Fernando VII, hijo de Carlos IV. Durante seis años que duró la llamada Guerra de la Independencia, se formaron dos grupos: los liberales y los absolutistas. La llegada al trono de Fernando VII supuso el triunfo de los segundos.
Pero a la muerte de éste, en 1833, regresaron los exiliados y triunfan las ideas liberales. El nombramiento de Isabel II como heredera del trono fue rechazado por los partidarios del hermano del rey y originó la primera Guerra Carlista. La regenta María Cristina, y con el apoyo de los liberales, derrota a los carlistas, de tendencia absolutista.
Tras esto, la burguesía empezó a modernizar el país. Respecto a la agricultura, inspirándose en las ideas de Jovellanos, se modificó el sistema de propiedad y explotación de la tierra mediante la desamortización de los bienes del clero. También se inicia la industria siderúrgica en Asturias y País Vasco.
Con el triunfo del liberalismo surgieron dos tendencias: los moderados y los progresistas.
Pero a la muerte de éste, en 1833, regresaron los exiliados y triunfan las ideas liberales. El nombramiento de Isabel II como heredera del trono fue rechazado por los partidarios del hermano del rey y originó la primera Guerra Carlista. La regenta María Cristina, y con el apoyo de los liberales, derrota a los carlistas, de tendencia absolutista.
Tras esto, la burguesía empezó a modernizar el país. Respecto a la agricultura, inspirándose en las ideas de Jovellanos, se modificó el sistema de propiedad y explotación de la tierra mediante la desamortización de los bienes del clero. También se inicia la industria siderúrgica en Asturias y País Vasco.
Con el triunfo del liberalismo surgieron dos tendencias: los moderados y los progresistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario